Buscando algo de cenar para Alexia

Bueno creo que no resolveria nada insultando a mis amigas asi que intente meterme en la conversacion:
-Si os interesa os podria ayudar en lo de las artes marciales , la defensa personal y todo eso ,no os creeriaisque me enviaron a este planeta por ser como soi verdad me entrene durante 30 años en el arte de la lucha por si surgia algun inconveniente en nuestra mision pacifica.

OFF: lo siento por el insulto , lo escribio avarjo

Luxor se metió en nuesta conversación sin tener la más mínima idea de lo que estabamos hablando. Cuando dijo lo de durante 30 años debí poner cara de tonta.
- Para estar hecho un viejales te conservas muy bien. Intenté quitarle hierro a la situación, que se había vuelto muy tensa.

En realidad tengo en total 137 años terrestres pero la vida media de mi planeta es de unos 1300 años , asi que mas o menos es el equivalente a vuestra edad ,pero bueno cambiando de tema me gustaria entrenar un poco y dar unos pocos golpes , ¿alguien se apunta?-dije tras meditarlo un poco

Hablar con un marciano que tiene 120 años más que yo me resutaba extraño... aunque no se por qué, yo era una mezcla de razas y mis amigas eran un ángel, una licántropa y una ninfa...
- Casi que me da un poco de respeto pelear contra ti... además soy una tirillas... Me reí.

OFF: Mandale a paseo. Bueno, mañana le mando yo.

Se me escapó una risilla cuando habló de su edad, pero intenté contenerla.
-Sin duda me apunto a esos golpes. No sabes aún de qué estoy echa...Reí

Me entró la risa sin poder evitarlo.
- Guerra!

-Cuando quieras, pequeña -La dije levantando una ceja y forzando la voz para que sonara de un hombre y a la vez seductora. No conseguí nada, pero sirvió para que me riera un rato más.

El intento de voz masculina de Alex fue desastroso y no me pude tragar la risa. Cogí el tenedor.
- En guardia!

Forn cogió un tenedor, asi que hice lo mismo. Cogí el mío y me puse en cunclillas de un salto en la silla. Golpeé su tenedor haciendo que se desplazara a la derecha y la saqué la lengua

- Con que esas tenemos... ¡Te vas a enterar! Con una inusual abilidad, me puse un pie en la silla y la otra rodilla incada en ella, agarré fuerte mi tenedor y:
- Angra! y le devolví el golpe haciendo girar su tenedor con un giro de muñeca de tal forma que el mio quedó junto a su garganta. Lo aparté para no hacerle daño, ¿desde cuando se me daba a mí esto bien?